Vídeo de presentación

Noé y el Diluvio son mitos muy antiguos. Se encuentran en la Biblia, en el Corán o en leyendas de grandes civilizaciones de Oriente Medio.
Para escenificar el relato bíblico de Noé, Thierry Malandain utiliza una música religiosa llamada La Messa di Gloria, escrita en 1820 por el compositor italiano Gioachino Rossini.
La violencia está presente desde el principio del espectáculo: Caín mata a su hermano Abel, cuya sangre mancha la pared de rojo y condena al mundo al precipicio de la desgracia. Hasta que Dios, irritado por los crímenes de los humanos, decide castigarles ahogando la tierra bajo las aguas. Sin embargo, perdona al más íntegro, Noé, y le manda construir un arca para rescatar a su familia y a los representantes de todas las especies animales.
Con la espalda curvada bajo el peso del destino, los hombres y las mujeres invocan a Dios, los brazos extendidos hacia el Cielo. Pero a sus alrededores las aguas suben, simbolizadas por tres telones de escena traslúcidos que encierran progresivamente el espacio. Ayudados por sus tres hijos Sem, Cam, Jafet y por su esposa Emzara, Noé construye la embarcación que les salvará del Diluvio.

Entonces viene la llegada a bordo, para 40 días de travesía colectiva. Los pasajeros se entregan a una danza de la fertilidad, para la que Thierry Malandain se inspiró de ritos muy antiguos. Invocan a Adán y Eva, la primea pareja de la historia, para que nazca una nueva humanidad de su unión. Esta será armoniosa y unida, como lo son el cuervo negro masculino y la paloma blanca femenina, encargados de sobrevolar juntos los mares para traer los primeros indicios de la bajada de las aguas.
Por fin se produce el descenso, mientras la luz se tiñe de una verde primavera. Desnudos como al principio del mundo, los veintidós bailarines desembarcan en una nueva tierra. Arrojan lejos de ellos su pasado y celebran un nuevo comienzo. Desgraciadamente, no han aprendido de sus errores como lo demuestra la última escena con el eterno regreso del crimen fratricida original.
Hoy en día también, entre el calentamiento climático, la subida de los océanos y el drama de los refugiados, la vida en la tierra está amenazada por la locura de los humanos. Este final pesimista es pues un mensaje de candente actualidad.